Monday, October 23, 2006

Inquietudes postmodernas en Muchacho en llamas

Por Salvador C. Fernández

La asociación de la nueva narrativa latinoamericana a la postmodernidad, con toda su problemática e inquietudes históricas, socio-políticas y literarias, funciona como un movimiento trasgresor donde se cuestionan o se desvanecen los parámetros tradicionales entre la cultura élite y popular. En este nuevo orden literario y socioeconómico postmoderno surge un tipo de vida social y formación económica típica del capitalismo tardío y la globalización que son caracterizados por la post-modernización, post-industrialismo, sociedad de consumo y el mercado transnacional. A la misma vez, este tipo de producción económica está estrechamente ligada a una visión global que los medios de comunicación presentan. Por lo tanto, todo texto cultural no solamente está influido por el cine, la televisión, y la música, sino que ahora también está marcado por una red de comunicación—la Internet- que establece nexos globales dominados por la computadora. Consecuentemente, esta época, nuestra época, que comenzó con el sound byte, rápidamente se transformó en el período de la computadora y del su mundo cibernético.

A pesar de las serias ramificaciones de concentración y centralización económicas y culturales, en la postmodernidad surgen nuevas voces culturales, voces contestatarias, voces marginales que en épocas anteriores no formaron una parte integral de la producción cultural. Aparece la literatura de los marginados y desaparece los temas tabúes; la literatura femenina y feminista adquiere una gran importancia; y los prisioneros sociales y los prisioneros políticos hablan a través de sus narraciones. También la homosexualidad y la prostitución es parte de esta nueva temática. En fin, los parámetros culturales de la modernidad se han borrado para incluir nuevas voces narrativas y una nueva temática caracterizada por su voz contestataria.

El cuestionamiento y/o la eliminación de estos límites culturales abre camino a nuevos textos culturales, que no solamente se caracterizan por una nueva temática, nuevas e innovadoras prácticas discursivas y formas estructurales, sino que también se destacan por su representación, preocupaciones y visión ecológica que presentan de los centros urbanos donde se lleva a cabo su narración, ya que en por lo general en este tipo de narrativa la ciudad es un centro y signo de una expresión literaria. Desde otro punto de vista, debido al sistema económico transnacional, la ciudad--sitio donde nacen, se desarrollan y se devoran unos a otros--es un universo anárquico.

Analógicamente, la anarquía y el caos de la ciudad como un macrocosmo social en una obra literaria puede ser representada a través de una fragmentación narrativa, ejemplificada por el uso de una diversidad e infinidad de técnicas narrativas y paratextos que crean y componen a estas narraciones. Aún más y haciendo referencia a la obra de Humberto Eco, Opera aperta, la narrativa postmoderna, por lo tanto, se caracteriza por su anti-forma y su apertura tanto estructural como temática, rasgos claves para contrastar con la narrativa ligada a la modernidad, que suele definirse por su forma orgánica, de conjunto y cerrada. Estas características que tipifican la estructura y de alguna manera prescriben y delinean la temática de una obra también afectan su lectura, ya que ahora se requiere una enorme participación del lector que crea una relación dialógica entre éste y la narración, aumentando la participación del receptor para evitando un posible distanciamiento de éste. En fin, el texto narrativo de la modernidad es un objeto de arte cuyo desarrollo ha tenido un final, mientras que el texto narrativo posmoderno está en el proceso de desarrollo y apropiando la terminología de John Austin y John Searle, éste es un texto “performativo.”

Este texto performativo enfatiza tanto sus componentes discursivos internos como externos a causa de su auto-referencia textual, pero a la misma vez que el texto acentúa la importancia de la intertextualidad para marcar y demarcar sus relaciones literarias con textos culturales precursores. Una manera que estos textos problematizan esta texualidad interna y externa, entre auto-referencias e intertextualidades, es a través del uso del pastiche, visto como imitación de la parodia, pero sin ningún efecto especial. Jameson lo define de la siguiente forma:

Pastiche is like parody, the imitation of a peculiar or unique style, the wearing of a stylistic mask, speech in a dead language: but it is a neutral practice of such mimicry, without that still feeling that there exists something normal compared to what is being imitated is rather comic. (16)

Visto desde esta perspectiva, el uso del pastiche es un vehículo literario para crear todo un discurso híbrido que tipifica en la narrativa actual y caracteriza el caos y anarquismo narrativo ya que se redefinen y deforman no solamente las formas literarias y estructuras narrativas, sin también géneros y textos culturales.

Con la publicación de su primera novela, Gazapo, en 1965, Gustavo Sainz surge como uno de los principales novelistas contemporáneos de México. En el prólogo a la autobiografía de Gustavo Sainz titulada Gustavo Sainz (1966), Emmanuel Carballo afirma que "En cuanto a estructura y estilo, Gazapo es una novela que rompe con las más próximas y casi ineludibles maneras de novelar en México; Las de Yánes, Rulfo, Fuentes y García Ponce" (7). Desde su primera novela hasta nuestros días, la narrativa de Gustavo Sainz se caracteriza por sus innovaciones estructurales y discursivas. Sus preocupaciones estructurales también ejemplifican sus inquietudes teóricas sobre género de la novela, como es el caso en su novela Muchacho en llamas (1988). Muchacho en llamas es una novela caracterizada por la fragmentación narrativa y a través de esta fragmentación el autor crea un mundo narrativo en ruinas, representación estructural simbólica que se puede interpretar como signo cultural del ambiente caótico ecológico que tipifica la ciudad de México. Por lo tanto, en este trabajo analizaré la visión que Gustavo Sainz crea de la ciudad de México y cómo la fragmentación narrativa en Muchacho en llamas funciona estructuralmente y temáticamente.

La narración de Muchacho en llamas se centra en la ciudad de México y describe la vida literaria del joven protagonista, Sofocles, durante los primeros años de la década de los 60's. Al narrar la vida literaria de Sofocles, el narrador / protagonista refleja sobre el proceso de la creatividad narrativa y a la misma vez presenta el acto de escritura de su primera novela. Estas referencias son autobiográficas, ya que el periodo que cubre esta novela es el mismo periodo en que Gustavo Sainz estaba escribiendo su primera novela, Gazapo. Por lo tanto, Muchacho en llamas es una novela que se caracteriza por su metaficción. A la misma vez al presentar la formación del protagonista como un escritor, la novela es un Bildungsroman que provee un testimonio cultural de los primeros años de una década que trasforma y altera la trayectoria cultural y histórica de México. Las referencias culturales e históricas que se incluyen en el texto establecen una relación dialógica que funda la formación del protagonista y del autor como escritores.

Como mucha de la narrativa de Gustavo Sainz, Muchacho en llamas se centra en la ciudad de México y su juventud. En este caso, a través de su protagonista y narrador, Sofocles, Sainz nos da una visión de la vida urbana en la ciudad de México con los aspectos negativos que afectan a toda aérea metropolitana utilizando rasgos carnavalescos definidos por el teórico ruso Mikhail Bakhtin. Como afirma Carlos Fuentes en Valiente mundo nuevo: “La narración crítica de la modernidad se manifiesta...en la onda libérrima de mis jóvenes compatriotas, José Agustín y Gustavo Sainz, que ven a la misma ciudad, más bien, como un purgatorio que es a la vez cabaret, prostíbulo y expendio de hamburguesas”(22).

En una entrevista hecha por Gerardo Ochoa Sandy, Gustavo Sainz habla sobre la relación literaria que entre la metaficción y el ambiente socio-cultural de la ciudad de México que caracteriza a Muchacho en llamas. Sainz dice:

Muchacho en llamas es como eso que se ve en México: edificios en vías de destrucción, hierros torcidos por aquí, piedras por allá. No cuento ninguna historia acabada y no creo que importe. Cuento, más exactamente, desdibujos de historia, en aporte característico de las artes gráficas contemporáneas. Muchos pintores del siglo XX ya no dibujan, sino disdibujan. Cuevas tiene dibujos preciosos hechos en goma de borrar sobre un dibujo previo. Eso fue lo que hice propiamente en literatura.

Las observaciones que Sainz hace sobre su novela presentan la metáfora de la ciudad de México como un desorden caótico o como una ciudad en ruina, así como el protagonista de la novela ve y vive en esta metrópolis. Entonces, para Sainz este proyecto narrativo tiene dos funciones. Por un lado está consciente del contexto histórico y cultural en el que el protagonista vive, pero a la misma vez se interesa por la teoría de la novela cómo ésta es ejemplificada en su misma obra.

Estas preocupaciones de la metaficción de la novela Muchacho en llamas tienen antecedentes en el origen del título de la novela. El título de esta novela viene de dos textos precursores, el mural de José Clemente Orozco titulado Hombre en llamas, y la colección de cuentos de Juan Rulfo El llano en llamas. Los dos textos tienen una preocupación social que refleja el estado colonial del periodo histórico de la sociedad mexicana al cual estos textos pertenecen. En Hombre en llamas Orozco presenta la imagen de un hombre consumido por el fuego para criticar la ansiedad de la sociedad ante los efectos de la modernización. En cambio, El llano en llamas representa una sociedad consumida por la dependencia en un sistema que los ahoga por la falta de producción. En Muchacho en llamas ahora tenemos las ansiedades de un protagonista viviendo en una urbanidad caótica y descentrada.

En la ciudad de México la explosión demográfica causó problemas de transportación, de contaminación ambiental, de seguridad, y económicos. Sofocles, al aludir a los problemas del tráfico y a la inhabilidad de los funcionarios de la ciudad de resolver el problema, dice:

La ciudad de México permite que esto suceda...Los coches pasan lentamente por Presidente Mazarik. Todos los semáforos tienen luz roja y yo no puedo cambiarlos. Deben programarlos en alguna parte. Jamás oí a la ciudad reclamar por la seguridad de sus habitantes. (81)

Aunque Sofocles tome la iniciativa de combatir el problema, él se siente incapaz de modificar un mecanismo centralizado, los semáforos rojos, que significan la inhabilidad de moverse. La imposibilidad de una seguridad para sus habitantes hace de la ciudad de México un total caos. Sofocles, al ir caminando por la calle Luis Moya con su novia Tatiana, dice: “todo era caótico y se alcanzaban a oír sirenas de ambulancias o bomberos” (92).

Sainz no solamente examina los problemas asociados con al post-industrialización y el crecimiento de la urbe, sino que su representación de la ciudad en esta novela también se puede interpretar como una unión de las prácticas narrativas asociadas con la postmodernidad y las preocupaciones sociales postcoloniales. En antropólogo argentino Néstor García Canclini teoriza estas preocupaciones en sus estudios Culturas híbridas: estrategias para entrar y salir de la modernidad (1989) y en Consumidores y ciudadanos: Conflictos multiculturales de la globalización (1995). En Culturas híbridas García Canclini destaca la multitud y diversas manifestaciones culturales que surgen e integran este nuevo periodo literario. A la misma vez, hay que notar la importancia de la fragmentación que delinean estos textos híbridos, característica claramente enfatizada en Muchacho en llamas de Gustavo Sainz. En Consumidores y ciudadanos analiza a la ciudad de México con la metáfora de la novela de Italo Calvino, Las ciudades invisibles en donde se pierden los límites y el sentido del espacio urbano. A esta ciudad invisible esta también caracterizada por ser una ciudad sin centro, o como la llama García Canclini es una ciudad sin mapa, rasgos que se notan esta novela de Sainz y en Fantasmas aztecas (1982), donde el protagonista también se encuentra atrapado en embotellamientos de la ciudad de México.

Estas inquietudes postmodernas es una temática que aparece en otras expresiones cultural mexicanas como en las crónicas de Carlos Monsiváis y Elena Poniatowska. Las crónicas de Elena Poniatowska siempre recalcan el tema de la ciudad invisible al dar voz a los habitantes que son devorados por la ciudad de México, como se ve en su crónica sobre los “Angeles de la ciudad” o “Los desaparecidos” publicadas en Fuerte es el silencio. El tema de la ciudad invisible, ligado a la noción de García Canclini como ciudad sin mapa, aparece en la colección de crónicas de Carlos Monsiváis titulada Los rituales del caos. Monsiváis clasifica la ciudad sin centro como el caos. En su prólogo a esta colección, al describir a la ciudad de México como una zona urbana sin centro, éste dice: “Visto desde fuera, el caos al que aluden estas crónicas (en su aceptación tradicional, pre-científica) se vincula, básicamente, a una de las características más constantes de la vida mexicana, la que señala a su ‘feroz desorden’ (15). Este feroz desorden Monsiváis lo atribuye a la catástrofe socio-ecológico causado por el estallido demográfico de la ciudad de México, la cual la identifica como una de las más pobladas del mundo, como la más contaminada del planeta, y como la “Super-Calcuta.”

Como Carlos Monsiváis, Gustavo Sainz no solamente alude a la ciudad como un espacio caótico, sino que también es un lugar donde reside la muerte. En Muchacho en llamas el narrador dice: “el Paseo de la Reforma parecía el cementerio de Don Juan Tenorio y Sofocles era el Comendador” (96). Este cementerio no es ni sereno ni tranquilo. El Panteón erigido encima del lugar donde antes lucía la mansión Tenorio--lugar donde solían ocurrir eventos de Cultura, y en que habitaba gente ilustre y noble, ahora se ha convertido en un lugar estancado y poblado por muertos sin honor que aparecen, hablan y viven su muerte. Es al revés de lo debido; es el inverso del orden establecido; es el caos y es la carnavalización.

En la representación de la ciudad como ejemplo de la carnavalización todavía puede exister posibilidad de vivir, ya que se juego con los parámetros del orden y desorden. Sin embargo, esta ilusión se desvanece rápidamente cuando el narrador y protagonista, Sófocles, describe la miseria y la contaminación que hacen de la ciudad de México un pozo negro. Al hablar del lago de Xochimilco, Sofocles narra lo siguiente: “El agua era espesa y negra, casi lodo, y había muchos niños semidesnudos y panzones en el mercado, un perro muerto y zopilotes sentados en las ramas más altas de los árboles” (15-16). Las aves de rapiña desde su ángulo omnisciente son signos de la desintegración humana. Los niños que sufren de la mala desnutrición y viven en un ambiente lleno deshumanizado. La descripción de Xochimilco como un símbolo que encarna las polaridades binarias de un signo asociado con una ciudad pre-hispánica y con un ambiente y visión topográficamente edénica por su tradicional abundancia del agua en esta zona. Ahora esta misma representación ecológica es invertida para examinar los problemas ambientales asociados por el post-industrialismo y la globalización que crean las imágenes de la ciudad de México como el pozo negro.

El crítico literario Timothy J. Reiss en su estudio titulado Against Autonomy: Global Dialectics of Cultural Exchange examina la función histórica, social y literaria que la ciudad ha tenido en América latina. Reiss presenta la hipótesis que la ciudad latinoamericana es una localidad geográfica caracterizada por danza de signos permutantes que definen a una tragicomedia. A la misma vez, utilizando una postura ideológica basada en las teorías del desarrollo del subdesarrollo de André Gunter Frank (Capitalismo y subdesarrollo en América latina) presenta a esta ciudad latinoamericana como un “instrumento de conquista.” Reiss explica:

The megalopolis with its proliferating barrios, industrial and semi-industrial wastelands and parklands typically surrounding financial and commercial cores, exactly depicts and manifests relations between owners of global capital, their local representatives, and the many different levels of workers producing it. (409)

Esta lectura se basa en las relaciones coloniales y postcoloniales que hacen hincapié a las herencias coloniales que históricamente han tenido los países latinoamericanos y cómo éstas se han manifestado en las capitales y centros urbanos desarrollados por la industrialización, post-industrialización, y globalización.

Para amplificar su hipótesis Reiss primero se apoya en los estudios de Jean Franco, quien como García Canclini establece un nexo literario y geográfico entre la visión que el escritor italiano Italo Calvino presenta de la ciudad en su obra Invisible Cities y cómo ésta se asocia con la propuesta clásica de Angel Rama (la ciudad letrada) y la ciudad literaria y paradójica borgiana vista a través de sus laberintos y signos de inmortalidad. Expandiendo los estudios anteriores y basándose en los textos coloniales de Hernán Cortés, Bernal Díaz del Castillo, y Bernardo de Balbuena, Timothy Reiss ejemplifica su propuesta al examinar las relaciones coloniales entre las visiones europeas e indígenas de la ciudad de México. En este estudio Reiss destaca la importancia de la superioridad tecnológica de los conquistadores y cómo ésta fue utilizada para súper imponer su visión socio-cultura e histórica en una geografía para desplazar una historia local. También, en este estudio de la visión colonial de los centros urbanos en América latina es yuxtapuesta a las propuestas postmodernas que otros escritores, del Boom en adelante, hacen donde para cuestionar las historias autoritarias que fundan la herencia colonial en Latinoamérica. En esta relación colonial existe un desnivel autoritario que anticipa, y de alguna manera paralela, el mismo método autoritario que se utiliza ahora en este nuevo periodo post-industrial globalizado que internamente y externamente controla, altera y cambia el ambiente urbano de las ciudades latinoamericanas. Por lo tanto, Reiss examina el desarrollo histórico y el simbolismo urbano que ahora la ciudad de México tiene para América latina, como una ciudad virtual integrada a un mundo de economía globalizada.
Esta lectura histórica y cultural que Reiss hace de la ciudad de México y la representación que se ve en Muchacho en llamas de Gustavo Sainz representan un fracaso de la idealización de la industrialización y su mundo tecnológico como un proceso social. Ya en 1941 Hubert Marcuse en su artículo titulado “Some Social Implications of Modern Technology” presenta una severa crítica a los efectos de la industrialización y la mecanización de la sociedad por su desarrollo tecnológico. En este estudio la preocupación principal de Marcuse es el efecto político que el desarrollo tecnológico tiene en la sociedad, ya que puede ser un vehículo y proceso social que crea un gobierno autoritario y un ambiente de terror, rasgos sociales que claramente pueden ser asociados con esta generación literaria a la cual pertenece Sainz si uno lo pone en contexto generacional asociado con la Matanza de Tlatelolco de 1968. Otro punto importante del argumento que presenta Marcuse es que en el proceso de industrialización se crea una sociedad de consumo donde la abundancia y falta de productos para el consumidor coexisten a la misma vez—obviamente esta es la realidad social y ambiental de la ciudad de México que Sainz recalca en su novela Muchacho en llamas.

El caos de la ciudad de México forma un paralelo a la estructura narrativa de la novela. En esta novela no hay un género predominante, sino que está constituida por una multitud de discursos narrativos: periodístico, enciclopédico, notas culturales, entrevistas, notas literarias y meta-narraciones. Por tanto, el uso de todos estos diferentes tipos de narración no solamente descentraliza el texto, sino que también crean la idea de una narración como un campo en ruinas. Con referencia a dos precursores de este tipo de narración, Borges y Cortázar, Carlos Fuentes en Valiente mundo nuevo dice:

[Se han creado] formas literarias y artísticas intrusas, entrometidas unas en las otras...sin respeto de reglas o géneros. Literatura de textos prestados, permutados, mímicos, payasos, como lo son hasta la fecha los de Cabrera Infante, Manuel Puig, Luis Rafael Sánchez, Severo Sarduy o Gustavo Sainz, textos en blanco, asombrados entre el desafío del espacio de una página, lenguaje que habla del lenguaje. (251)

No cabe duda que este tipo de narración como la de Gustavo Sainz destaca la experimentación y fragmentación narrativa para desarrollar internamente una textualidad literaria y establecer relaciones intertextuales con otros textos culturales.

Uno de estos textos prestados, permutados que forma parte de esta narración son los recortes de periódico. Estos recortes cubren eventos históricos: las acciones de las administraciones Eisenhower y Kennedy en contra de Cuba; la invasión de la Bahía de Cochinos; los vuelos espaciales estadounidenses y rusos, etc. Aparentemente estos recortes no tienen ninguna estructura y ningún sentido lógico. Pero Gustavo Sainz presenta pequeños rasgos de eventos de gran importancia global: una crisis que pudo llegar a una guerra atómica; el establecimiento de un gobierno que presentaba una alternativa política para América latina; y la exploración espacial de la cual surgieron los lanzamientos de satélites, avance tecnológico qué cambio los medios de comunicación y la forma de vivir.

Otro recurso narrativo que Gustavo Sainz utiliza es la interpolación de fragmentos de entrevistas para hacer una trascripción de la intelligensia mexicana. La primera entrevista que el protagonista documenta en el texto es con el dramaturgo mexicano Rodolfo Usigli. Esta entrevista primero es clasificada como “Ejercicio de trascripción de la conversación con Usigli.” El primer fragmento de la entrevista se concentra sobre el tema del teatro de la vanguardia en México en comparación al teatro europeo y sobre la reacción de Usigli sobre algunos dramaturgos. En esta entrevista Usigli critica a Alberti, Ionesco, Beckett y Brecht. Al referirse al teatro de los últimos tres dice: “hacen antiteatro, una forma más o menos novedosa del expresionismo de los veinte. Es un teatro antinarrativo, sin conflictos, que no consigue conmover a ningún auditorio” (72). Su crítica no solamente es limitada a los dramaturgos anteriores sino, que también incluye a los mexicanos. Critica a Paz y a Elena Garro porque tratan de adaptar el surrealismo en La hija de Rappacini; y critica a los dramaturgos jóvenes porque “todo lo que nace es vivo [y] falta ver lo que crece” (75). La segunda vez que aparece el texto de esta entrevista, ya modificado y pulido, lleva el siguiente título, “La entrevista de Sofocles con Rodolfo Usigli.” Ahora en el título hay un cambio semántico; el primer fragmento indica un ejercicio mientras que éste es un texto final.

La función de todos estos textos sobre temas culturales produce en la novela un panorama de la producción cultural mexicana. Cada voz, cada personaje, cada fragmento es un mosaico que el lector tiene que descifrar para tener una visión de toda la producción cultural de este contorno histórico y del mismo texto que está leyendo. La unión de todos estos discursos narrativos causa una fusión entre la realidad y la ficción. Por un lado, la novela está constituida por objetos vividos e históricos, pero a la misma vez tiene elementos ficticios. En una intervención del narrador dice: “Aunque esto no es propiamente una novela--ni tampoco una pieza de teatro, ni un ensayo, ni un poema, ni un cuento, ni una entrevista, ni un collage, ni un cut-up, ni un fold-in, ni una complicada yuxtaposición de textos, ni un diario” (85). En fin, la unión de todos estos discursos narrativos presenta a la novela en una forma híbrida y la unión de todos los géneros literarios, reseñas, entrevistas, narraciones, hacen del texto cultural una carnavalización.

Lo más importante de esta narración híbrida es el marco narrativo presentado por el autor. Gustavo Sainz le da al protagonista, Sofocles, el papel de autor de la novela. Sofocles como protagonista narra sus relatos cotidianos, pero a la misma vez, al ser autor de la novela presenta ideas, fragmentos y capítulos de su novela y sobre el género narrativo. De ahí Muchacho en llamas sea un texto performativo que crea en el discurso metanarrativo hay una dualidad temática. Primero, hay una unión entre el proceso de definición del protagonista, Sofocles, y la presentación del tipo de novela que quiere escribir. O sea, la identidad de Sofocles como el cuerpo narrativo y el tipo de novela que quiere escribir no están definidos. La novela y el protagonista forman una búsqueda existencial y para esta búsqueda existencial el lector es un eje importante. Por ejemplo, en una de las intervenciones del narrador, éste expone a Sofocles para que sea definido por el lector. El narrador desarrolla un escenario para que todo lector pueda verlo:

Aquí está Sofocles. Pueden mirarlo. Todas las luces se concentran sobre él. Le brilla la frente...Se nota cierta experiencia al entrar a escena...y podemos reconocerlo con facilidad, creemos reconocerlos, porque después de todo ya, van varias páginas que nos hablan de él...pero apenas reconocido, si es que hemos logrado realmente identificarlo, se escapa en mil formas...Ser de dos dimensiones, Sofocles se define siempre en otra parte: le falta, se diría, una tercera y aun una cuarta dimensión, o ese equis ingrediente que fija a los seres vivos, entre las páginas de una novela. (84-85)

Aunque Sofocles, es conocido por su lector, no tiene ninguna identidad o definición; es como un punto de convergencia transpuesto sin piedad, contento simplemente por aparecer, sin justificaciones de ninguna clase (85).

La búsqueda existencial de Sofocles está interrelacionada a su mundo ambiental. Al final sale en una excursión alpina con su padre donde describe el hoyo negro que se lo traga: “Fuimos encontrando montañas fantasmagóricas a derecha e izquierda, aristas que se perdían en lo alto de las bóvedas y nadie hablaba, cualquier voz era tragada por el externo ruido” (192). Estas imágenes fantasmagóricas es una metáfora de la propia vida de Sofocles, toda oscura y sin comunicación. Todas las voces son eliminadas. De este trasfondo tenebroso, de un fondo inexplicable y muy poco conocido, nace el arte narrativo de Sofocles.

De esta unión entre el protagonista y su tenebrosa experiencia surge su discurso metanarrativo en el cual presenta su teoría de la novela. Para Sofocles, el arte tiende hacia la apariencia y la máscara; y prospera basándose en discrepancias. La prosperidad del arte basado en discrepancias tiene la función de desconstruir todo un texto cultural. El arte, Sofocles dice: “No se mantiene con diferenciaciones, sino con otra cosa, desfirenciaciones, podríamos decir, no con creaciones sino con descreaciones, y no con la naturaleza sino con la desnaturalización” (196). La desdiferenciación, la descreación y la desnaturalización son los grandes núcleos de la teoría narrativa. Por eso las apariencias y las máscaras son los espejismos del artista que en los que busca la entrada a lo primordial. Finalmente Sofocles indica que las ponderadas ilusiones de solidez, la no existencia de las cosas, es lo que debe aceptar como materiales por que quiere empezar a andar por lo insondable (196).

Una lectura simbólica de las preocupaciones metaficticias y sociales que se narran en Muchacho en llamas también puede ser interpretadas como la creación de una cultura y de una literatura de sobre vivencia que describe los rasgos sociológicos y psicológicos de una sociedad llena de ansiedad y enajenación. En esta novela para que el protagonista salga de la ansiedad y enajenación en que se encuentra, Sofocles busca una salida personal a través de su creación literaria. Esta salida es representa con el éxito literario que su primera novela tuvo. Al final de la novela Sofocles pasa de ser el escritor de crónicas culturales a ser el sujeto de entrevistas. Este cambio de papel también es simbólico porque representa el cambio del dominio cultural de una generación a otra generación.

Gustavo Sainz en Muchacho en llamas presenta a la ciudad de México con una visión caótica y llena de problemas urbanos típicos de un área metropolitana con gran expansión demográfica. Este caos urbano es representado en la narrativa a través de la fragmentación del texto. El texto está compuesto de diversos géneros narrativos, por ejemplo hay noticias periodísticas que relatan los eventos históricos y avances tecnológicos de 1961, año en el cual la trama se desarrolla. A la misma vez las entrevistas y notas culturales de Sofocles dan una visión cultural de la ciudad de México. Finalmente, el protagonista, Sofocles, establece su teoría narrativa: la des-creación y la desnaturalización de la narración.

1 Aquí me refiero al estudio de John L. Austin, How to Do Things with Words (London: Oxford University Press, 1962) y a la obra de John R. Searle, Speech Acts: An Essay in the Philosophy of Language (Cambridge: Cambridge University Press, 1969).
2 Bakhtin desarrolló este concepto en sus estudios Rabelais and His World (Bloomington: Indiana University Press, 1984) y en Problems of Dostoevsky’s Poetics (Minneapolis: University of Minnesota Press, 1984). Gary Saul Morson y Caryl Emerson examinan las ramificaciones de este concepto bakhtiniano en Mikhail Bakhtin: Creation of Prosaics (Stanford: Stanford University Press, 1990

Obras Citadas
Austin, John L. How to Do Things with Words. London: Oxford University Press, 1962.
Bakhtin, Mikhail. Problems of Dostoevsky’s Poetics. Trad. Caryl Emerson. Minneapolis: University of Minnesota Press, 1984.
------. Rabelais and His World. Trad. Helene Iswolsky. Bloomington: Indiana University Press, 1984.
Calvino, Italo. Invisible Cities. Trad. William Weaver. New York: Harcourt Brace Jovanovich, 1974
Carballo, Emmanuel. Prólogo. Gustavo Sainz. Gustavo Sainz. México: Empresas Editoriales, 1966.
Eco, Humberto. The Open Work. Trad. Anna Cancogni. Cambridge: Harvard University Press, 1989.
Fuentes, Carlos. Valiente mundo viejo. Madrid: Mondadori, 1990.
García Canclini, Néstor. Consumidores y ciudadanos: Conflictos multiculturales de la globalización. México: Grijalbo, 1995.
-------. Culturas híbridas: Estrategias para entrar y salir de la modernidad. México: Grijalbo, 1990.
Frank, André Gunter. Capitalismo y subdesarrollo en América latina. México: Siglo XXI, 1970.
Jameson, Fredric. “Postmodernism and Consumer Society.” Postmodernism and Its Discontents. Ed. E. Ann Kaplan. London and New York: Verso, 1988. 13-29.
Marcuse, Hubert. “Some Social Implications of Modern Technology.” The Essential Frankfurt School Reader. Ed. Andrew Arato y Eike Gebhardt. New Cork: Continuum, 1988. 138-162.
Monsiváis, Carlos. Los rituales del caos. México: Editorial Era, 1995.
Morson, Gary Saul y Caryl Emerson. Mikhail Bakhtin: Creation of Prosaics. Stanford: Stanford University Press, 1990.
Ochoa Sandy, Gerardo. “Gustavo Sainz: La fórmula de la invisibilidad.” Sábado (suplemento literario de Unomásuno) 26 March 1988: 2-3.
Poniatowska, Elena. Fuerte es el silencio. México: Editorial Era, 1980.
Reiss, Timothy J. Against Autonomy: Global Dialectics of Cultural Exchange. Stanford: Stanford University Press, 2002.
Rulfo, Juan. Obra completa. Ed. Jorge Ruffinelli. Caracas: Biblioteca Ayacucho, 1985.
Sainz, Gustavo. Fantasmas aztecas. México: Grijalbo, 1982.
-------. Gazapo. 1965. México: Grijalbo, 1985.
-------. Muchacho en llamas. México: Grijalbo, 1988.
Searle, John R. Speech Acts: An Essay in the Philosophy of Language. Cambridge: Cambridge University Press, 1969.

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